ESTOS SON NUESTRAS 10 CITAS
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9 JUNIO. TOMATITO / SANDRA CARRASCO & DAVID DE ARAHAL
El veterano guitarrista almeriense José Fernández Torres, Tomatito, es una leyenda viva del flamenco. Pero del flamenco de verdad, sin adulterantes, no de eso que algunos venden – tal y como dijo en una reciente entrevista – como “flamenquito”. No es de extrañar que cuente con una plaza en su honor en su ciudad, o que la medalla de oro al mérito de las Bellas Artes adorne su currículo. Empezó a destacar con la guitarra con solo quince años, fue la mano derecha de Camarón durante sus últimos 18 años de vida, ha colaborado sobre el escenario con músicos de la talla de Frank Sinatra, Elton John, Enrique Morente, La Susi, José Menese o Pansequito, y ha pisado los recintos más prestigiosos del mundo.
a cantaora onubense Sandra Carrasco y el guitarrista sevillano David de Arahal rindieron tributo al universo creativo de Pepe Marchena (1903 – 1976) en una alianza que desmontaba, pieza a pieza, la obra del magistral cantaor flamenco para reconstruirlo desde una óptica tan personal como, a la vez, respetuosa. Las trayectorias previas de ambos artistas les avalan, porque si Sandra ha probado su maleabilidad no solo en la lid del flamenco sino también en proyectos ligados a las músicas del mundo o a la bossanova, la destreza de Arahal se ha plasmado en su trabajo junto a Pepe de Lucía, Lole Montoya, Miguel Poveda, Estrella Morente o el mismo Tomatito. El espectáculo con el que llegan a Noches del Botánico, «Travesía», toma su nombre del disco que Sandra publicó en 2016, y es un homenaje a las coplas del pasado desde un prisma actual. Un estreno absoluto.
19 JUNIO. ISRAEL FERNÁNDEZ / ÁNGELES TOLEDANO
Israel Fernández es un joven cantaor, compositor y músico flamenco natural de Corral de Almaguer (Toledo), nacido en 1989, que ha colaborado con El Guincho, Diego Amador, Sara Baras, Najwa Nimri o Pablo Alborán, y que ha publicado un puñado de discos entre los que destacan “Amor” (2020), colocado entre los mejores trabajos de flamenco de aquel año para medios como Rockdelux, Mondosonoro o El País, premio Odeón y nominado a los Latin Grammy en la categoría de mejor álbum de música flamenca, y el también aclamado “Pura sangre” (2023), de nuevo con la producción de Diego del Morao y con la aportación del productor electrónico Pional, Ganó su primer concurso con solo 11 años, pero hace ya tiempo que dejó de ser una de las promesas de la nueva generación del flamenco español para convertirse en firme realidad.
La cantaora Ángeles Toledano no tiene ni treinta años, pero atesora un currículum a la altura de los talentos consolidados. Tiene una proyección en el género que sitúa al flamenco en el presente, y queda respaldada por su sensibilidad, experiencia y reconocimiento. Actualmente se encuentra trabajando en la grabación de su primer álbum, junto al guitarrista Benito Bernal, que también la acompaña en este concierto. Muchos la han conocido, fuera del ámbito estrictamente flamenco, por su participación en “Tengo tres estrellas y veinte cruces” (2023), el sensacional disco del proyecto Ángeles, Víctor, Gloria y Javier, aclamado por la crítica como uno de los mejores del año pasado. Pero la artista lleva, tras ganar cerca de una decena de premios cuando era una adolescente, girando durante años por medio mundo, como parte del elenco de artistas flamencos de primera línea.
3 JULIO. MASEGO / GREENTEA PENG
Masego es fiel hijo de su tiempo. De su tiempo y de su herencia. De la fusión natural de estilos y también del peso de la tradición. A veces parece un cruce entre su admirado André 3000 (Outkast) y Travis Scott, por su forma de fundir un hip hop (que tiene mucho de jazz) con el trap. El resultado es uno de las propuestas más seductoras del último r’n’b. Trap house jazz, lo llaman, una etiqueta certera. Si uno la teclea en Google, lo primero que aparece es el nombre de Masego. Con razón. Se nota que Micah Davis, que es el nombre de este joven de 30 años nacido en Jamaica aunque criado en los EE.UU., acostumbró sus oídos desde muy pequeño a los clásicos del soul, del gospel y del jazz. Se curtió años más tarde difundiendo sus primeras creaciones en soundcloud, la plataforma predilecta del rap y el trap alternativos, y de ahí a celebrar pequeños cameos en discos de Kehlani, Kaytranada o Drake, ya solo quedaba un paso. Sus tres álbumes hasta el momento, los espléndidos “Lady Lady” (2018), “Studying Abroad: Extended Stay” (2020) y “Masego” (2023), confirman todo lo bueno que venía apuntando en sus EPs anteriores.
A Greentea Peng le gusta describir lo suyo como “R’n’B psicodélico”, pero lo cierto es que la londinense Arial Wells – nombre real de Greentea Peng – no sería quien es si no hubiera tomado buena nota de lo que en su día lograron Erykah Badu, Lauryn Hill, Lilly Allen o Miss Dynamite, mujeres poderosas que se adelantaron a su tiempo. El individualismo feroz de Greentea Peng, llamada así por su afición al té verde y visualmente identificable por sus llamativos tatuajes, piercings y abalorios, se excplicita en sus axubreantes directos y en discos como “Man Made” (2021) y “Greenzone 108” (2022), sus dos largos hasta la fecha.
6 JULIO. SANTIAGO AUSERÓN Y SU ACADEMIA NOCTURNA / SALIF KEITA
¿Es lo de siempre, o es distinto? Con Santiago Auserón nunca puede ser igual. Quizá se mantenga la esencia, pero difícilmente perdure la forma. Su nuevo proyecto, La Academia Nocturna, revisa algunas de las mejores canciones de su carrera al frente de Radio Futura o como Juan Perro, pero lo hace desde una perspectiva novedosa, dotándolas de atmósferas inéditas, en las que el jazz, el rock, el rhythm and blues o el soul se funden con sones caribeños y con la tradición lírica española. La Habana, Madrid, Nueva Orleans y Chicago unidos en un repertorio eternamente maleable: la última pirueta de un artista que no entiende esto sin desafiarse a sí mismo.
El veterano cantante, instrumentista y compositor maliense Salif Keita es una leyenda de la música africana y mundial. Nunca lo tuvo fácil: nacer albino, considerado como un signo de mala suerte en la cultura mandinga, ya fue un primer obstáculo. También la renuencia de su familia a que se dedicara a la música. Pero la llamada “voz de oro africana” se ganó a pulso su condición de inmejorable embajador de la música de su continente, a la que surte de influencias europeas y americanas en una discografía de casi veinte discos desde 1987, en la que balofonos, yembes, koras, órganos, saxofones y sintetizadores cobran protagonismo y se alían con su inconfundible voz.
7 JULIO. PAOLO NUTINI / JALEN NGONDA
Las canciones de Paolo Nutini siempre apuntaron alto. A las grandes audiencias, a las grandes ventas, a los grandes recintos y festivales. Por algo ha encadenado tres números uno británicos consecutivos con cada uno de sus últimos tres álbumes, y cuenta con un premio Ivor Novello y tres nominaciones en los Brit Awards. El cantante y compositor escocés, nacido en 1987, picotea de Van Morrison, de U2, de Davie Bowie, de Damien Rice, de Oasis o The Beatles para conformar un potente argumentario sonoro, que tiene su último y más brillante capítulo en “Last Night In The Bittersweet” (2022), su aclamado cuarto álbum, el más completo de todos y el que ha gozado de la unanimidad de la crítica. Trovador, folk singer, crooner, rockero y soulman, todo a la vez, Nutini acumula más de cuatro millones de discos vendidos en estos tiempos de primacía del streaming. Un aval que explica su sólida trayectoria durante la última década.
¿Estamos ante un disco inédito de Marvin Gaye, perdido en la noche de los tiempos? ¿Una joya oculta del soul de los años setenta? No, estamos antes un monumental disco de 2023, tallado en la madera con la que se moldean los grandes clásicos del género. El norteamericano – afincado en Liverpool – Jalen N’Gonda solo tiene treinta años, pero su disco “Come Around and Love Me” (2023), debut largo publicado con la garantía de Daptone Records (emblema del mejor revival soul en el presente siglo), es uno de los grandes trabajos de la más reciente música del alma. Ni siquiera el hecho de haber teloneado a Laura Mvula, Martha Reeves o Lauryn Hill explica por sí solo esta muestra de talento a borbotones, que obliga a marcar también en rojo esta fecha de Noches del Botánico en nuestras agendas.
10 JULIO. MARÍA JOSÉ LLERGO / MAHALIA
Si alguien pensaba que la carrera de María José Llergo tocaría techo con “Te espera el mar”, la canción que le reportó el Goya en 2023, estaba más que equivocado/a. Porque su segundo álbum, “Ultrabelleza” (2023), es un descomunal dispendio de duende y groove al servicio de uno de los mejores cruces entre tradición y vanguardia de la reciente música popular española. Quejío y latido digital. Flamenco, electrónica, afrobeat y r’n’b. Un disco sensacional, con la producción de _juno, Antonio Narváez, Lost Twin, Oddliquor y el tándem que forman George Moore/Knox Brown, que muestra el enorme crecimiento (desde el anterior álbum, “Sanación”, de 2020) de la joven artista cordobesa.
Los problemas de salud mental, la superación de una ruptura sentimental y los estragos del racismo han modelado – para (muy) bien – el argumentario de la británica Mahalia Burkmar, uno de los más deslumbrantes nuevos valores del neo soul y el r’n’b que nos llega de las Islas. Hija de un británico-irlandés y una jamaicana, Mahalia se ha establecido con solo 26 años como un nombre a seguir muy de cerca, gracias a discos como “Love and Compromise” (2019) o “IRL” (2023), rebosantes de clase, elegancia y una rotunda personalidad. Su visita a Noches del Botánico es una espléndida ocasión para que el público español empiece de verdad a familiarizarse con ella. Vale la pena, desde luego.
18 JULIO. CHUCHO VALDÉS: IRAKERE 50 / ANDREA MOTIS & CAMERATA PAPAGEN
Para revivir el trabajo de esta emblemática formación, Chucho Valdés estará al frente del proyecto Irakere 50, acompañado por los músicos de su cuarteto: José A. Gola (bajo eléctrico y acústico), Horacio Hernández (batería) y Roberto Jr. Vizcaíno Torre (percusión), además de Eddie de Armas Jr. (trompeta), Osvaldo Fleites (trompeta), Luis Beltrán (saxofón), Carlos Averhoff Jr. (saxofón), hijo de un antiguo miembro de Irakere ya fallecido, y el vocalista Ramón Álvarez.
El Jazz y los ritmos latinoamericanos se funden en “Febrero” (2024), el excepcional disco que la catalana Andrea Motis grabó en Chile junto a la Camerata Papageno, dirigida por el argentino Federico Dannemann. La vocalista y trompetista barcelonesa y su pareja, el violinista austriaco Christoph Mallinger, quienes visitan a menudo Chile por motivos familiares, entablaron contacto con la Fundación Cultural chilena, organización sin ánimo de lucro, y el resultado es esta exquisita alianza, en la que se cruzan obras de Gershwin, Pixinguinha o Antonio Carlos Jobim con dos boleros mexicanos y versiones de Inti-Illimani. Una delicatessen, que se redimensiona en vivo.
19 JULIO. LIANNE LA HAVAS / MADELEINE PEYROUX
Elegancia, clase, sutileza: la discografía de la londinense Lianne Charlotte Barnes, simplemente Lianne La Havas en el ámbito de la música, destila esas propiedades con la fluidez de las artistas de raza. De padre griego y madre jamaicana, se crió en un ambiente eminentemente musical, así que no es de extrañar que a los siete años comenzara a cantar y a los once a tocar la guitarra. Su propuesta participa de la mejor tradición del folk, del soul y del r’n’b, y en álbumes como el homónimo “Lianne La Havas” (2020), el tercero de su carrera, se hacían notar por igual las influencias de Joni Mitchell, Milton Nascimento, Al Green, Jaco Pastorius y Destiny’s Child. Sus fans suspiran por una pronta continuación. De momento, su directo crece y resplandece.
Nació en la sureña Athens (Georgia), ciudad universitaria y bohemia, patria chica de R.E.M., creció escuchando jazz de Nueva Orleans y se buscó la vida siendo una adolescente en el barrio latino de París. Con tales credenciales, era casi inevitable que Madeleine Peyroux encaminara sus pasos a la práctica del jazz, pero lo que no era tan previsible es que lo hiciera emulando con tanto acierto los preceptos de Billie Holiday (a quien tanto comparan por su voz) y de Bessie Smith, Patsy Cline o Édith Piaf. La cantante, guitarrista y compositora estadounidense despliega su argumentario con la entereza de los clásicos, y cuenta con una discografía brillante, de tres álbumes de estudio que combinan originales y versiones, y que aguarda continuación para este mismo 2024.
21 JULIO. VULFPECK / JUDITH HILL
Vulfpeck siempre han hecho las cosas a su manera. No hay quien les dome. Fueron el primer grupo en llenar el Madison Square Garden sin el apoyo de un manager ni de una gran discográfica – cuentan con la suya propia, Vulf Records – y publicaron un disco llamado “Sleepify” (2014), sin sonido en ninguna de sus pistas, solo para financiarse una gira a través de sus reproducciones en Spotify (lo recomendaban para dormir, cómo no) y cuestionar el reparto de beneficios de la plataforma de streaming. Los incorregibles Jack Stratton, Theo Katzman, Woody Goss y Joe Dart se conocieron hace algo más de una década en la Universidad de Michigan, y desde entonces han publicado seis álbumes de elegantísimo soul funk, con la mirada puesta en las enseñanzas de Steely Dan, The Meters, Booker T & the MG’s o The Funk Brothers, la legendaria banda residente de la Motown. Han colaborado con Bootsy Collins, Louis Cole o Corey Wong, entre muchos otros, y sus directos son sinónimo de distinción, finura, versatilidad y sentido del ritmo.
A Judith Hill la escogió Michael Jackson para cantar a dúo “I Just Can’t Stop Loving You” en su gira de 2009. Protagonizó la película “A veinte pasos de la fama” (2013). Ganó un Grammy por su aportación a su banda sonora. Teloneó a Josh Groban en 2013 y a John Legend en 2014. Hizo coros para algunos de los músicos más legendarios de la historia (Carole King, Rod Stewart, Greg Allman). Y grabó su primer disco en Paisley Park con Prince como coproductor en 2015. Por algo siempre admiró al genio de Minneapolis, así como a Curtis Mayfield o Sly and the Family Stone. Todo en la carrera de esta mujer, nacida en Los Ángeles en 1984, estaba encaminado a que acabara siendo una estrella. Y así ha sido, merced a cinco álbumes que se mueven entre el soul, el funk, el rock, el pop y el r’n’b. El último de ellos, “Letters From a Black Widow” (2024), es otra muestra de oficio y perseverancia.
31 JULIO. GRUPO NICHE / LA DELIO VALDEZ
Grupo Niche son toda una institución de la salsa hecha en Colombia. Sus canciones, rebosantes de ritmo y romanticismo, han marcado a varias generaciones. A lo largo de más de cuatro décadas, desde que Jairo Varela y Alexis Lozano fundaran la agrupación en 1979 en Bogotá, han vendido dos millones de discos, han ofrecido cuatro mil conciertos en treinta países, han publicado más de treinta discos, han alistado en sus filas a más de trescientos músicos y han obtenido innumerables reconocimientos (Latin Grammy, Globo, Aplauso, Lo Mejor de Lo Mejor o Furia Musical). En la actualidad, tras el fallecimiento (hace doce años) de Varela y la marcha de Lozano, la banda la integran los cantantes Alex Torres, Luis Araque, Fito Echevarría y Alejandro Iñigo, los percusionistas Juanito Murillo, Fabio Celorio y Diego Camacho, el pianista Víctor González, el bajista Sergio Munera y los músicos Edgardo Manuel, Edward Montoya, Carlos Zapata, Oswaldo Salazar y Paul Gordillo en instrumentos de viento, bajo la dirección de José Aguirre.
La cumbia nació en la costa caribeña colombiana, pero desde entonces se ha revelado como el género musical latinoamericano por antonomasia. El más elástico, el más adaptable, el más duradero. En cada país de Sudamérica cobró un relieve propio, y Argentina no es una excepción. La Delio Valdez es una agrupación de cumbia formada en 2009 en Buenos Aires, que propone un directo torrencial, acreditado con más de siete álbumes y el Premio Gardel a mejor álbum de música tropical precisamente por el sexto de ellos, “Sonido subtropical” (2019). Su último trabajo, que en realidad es una extraordinaria introducción para quien quiera saber cuáles son sus prestaciones en directo, es “La gira y la serenata” (2023), una grabación en vivo en la que esta cooperativa de músicos demuestra su pericia para combinar cumbias del cancionero popular con otros estilos ligados a la tradición andina del noroeste argentino, pero también al reggae, el rock, la salsa o el jazz. Y, desde luego, una inequívoca invitación al baile.