Ha arrancado la temporada artística en nuestro país y, en Madrid, lo hace con la que ya se ha convertido en una cita imprescindible del otoño cultural. Llega la nueva edición de JAZZMADRID, traída en vuelo y nube por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid y con la colaboración de diferentes instituciones, públicas y privadas, que abren sus puertas a cuantas personas hoy se muestran interesadas en la amplia y rica cultura del jazz.
Jazz para todos los públicos
Hay, por supuesto, jazz contemporáneo y aventurero, hay blues también y hay igualmente figuras consagradas y de mucho brillo. Y, junto a todas ellas, una oferta de propuestas locales que, debido a su carácter polícromo, multicolor, informa de que ya no se puede dudar que el jazz elaborado entre nosotros es un acontecimiento cultural de importancia. Y con el mérito añadido de que hay una nueva generación de intérpretes que ha crecido y se ha cultivado a la sombra de las sucesivas ediciones de JAZZMADRID.
Sorpresas latinas
En este apartado, interesa saber que JAZZMADRID incluye varias secuelas de aquel superlativo legado que supuso la complicidad surgida entre Dizzy Gillespie y el cubano Chano Pozo en los años 40 del siglo XX trascendido. Y, tal como decíamos, lo hace a través de la coloración caribeña, brasileña igualmente, y, por añadidura, la de otros lugares de América del Sur. En este capítulo se encuentran los conciertos de los cubanos Gastón Joya, Román Filiú, Maykel Blanco, los pianistas Ernán López Nussa y Roberto Fonseca, Yuley Díaz, el quinteto de trombones de Demetrio Muñoz, y las parejas formadas por Ariel Brínguez e Iván “Melón” Lewis, y las contrabajistas Pía Tedesco y Lila Horovitz, estas dos últimas originarias de Argentina. De Colombia llega el preparado sonoro de salsa, cumbia y vallenato de los Meridian Brothers, y, de Brasil, los conciertos de Munir Hossn, Rogê y Eliane Elias, pianista y cantante esta última cada vez más comprometida con la música popular de la tierra propia. Su viaje ahora, en el disco que presenta, Quietude, va de Jobim a Dorival Caymmi, sin olvidar a Geraldo Pereira o Haroldo Barbosa, entre otros grandes señuelos.
Las voces de la voz
En JAZZMADRID somos muy conscientes de que, a través de los blues, las canciones de trabajo y los espirituales, el recurso de las voces llegó a la música afroamericana mucho antes de que ésta fuese reconocida con el nombre de jazz. Por todo ello, la expresividad vocal a la que ahora, en estas líneas, hemos dado título de un disco de Fátima Miranda, quedará en el cartel también al cuidado de formas tan sugerentes como las de José James, Vinicio Capossela desde Italia, J Noa desde Santo Domingo, la guatemalteca Gaby Moreno y dos cantautoras nacidas y crecidas en Cataluña como Láu Noah y Judith Nedderman. Y el listado prosigue, haciendo evidente que en el jazz que se canta la desproporción entre mujeres y hombres, en favor de las primeras, es grande en estos momentos. Ellas son, de hecho, la flor del frondoso jardín jazzístico de las voces. Tan es así que, en este apartado, todo ha cambiado. Otros tiempos, otras pautas. Lizz Wright, Robin McKelle, Judith Hill, Dora… tan distintas todas y, sin embargo, de idéntica pasión; vibrando al unísono con sensibilidades, ritmos y sintonías de lo más simétrico.
Quizás sean jazzistas diferentes para una nueva época y será el paso del tiempo el que aclare semejante enigma. Sin embargo, cualquier persona con afición bien puede reconocer en ellas una excelente puerta de entrada, para quien se asome desde la sensibilidad de hoy a la fascinante cosmogonía musical de cabezas de cartel de JAZZMADRID como Dee Dee Bridgewater o Lady Blackbird. La primera se lleva de calle a cualquier amante de la tradición del jazz vocal. Lady Blackbird, por su parte, es, entre otras cosas, la sensación que, en estos momentos, despunta en el más reciente soul-jazz. Y, poniendo una nota identitaria en el jazz que interpreta, estará la lituana Viktorija Pilatovic. Finalmente, sobrevolando algunos estilos clásicos, estará la estadounidense Sarah McKenzie, que además dobla actividad en el piano con idéntica habilidad a la que Lakecia Benjamin, Carmen Vela o Melissa Aldana muestran con otro instrumento de metal: el saxo.
La fiesta en Fernán Gómez de Paquito D’Rivera
La interpretación del saxo es en el jazz siempre muy espectacular, y por eso también han sido convocados en la programación Donny McCaslin, la Edtition Redux de Ken Vandenmark, el trío Tapestry de Joe Lovano, Román Filiú, Shabaka Hutchings, Gustavo Díaz, los Saxos del Averno, Andreas Prittwitz y el grupo del decano del saxo alto Paquito D’Rivera, el mismo que, en 1967, surgió de ese semillero cubano que fue la formación Irakere.
Este habanero saxual volverá a ofrecer lo que la afición más desea de él: su visión completa de la cultura musical cubana, abarcando desde el jazz al son y los sones de santería. Paquito clausurará los conciertos del Fernán Gómez; un auditorio en el que, antes, estarán presentes igualmente estrellas del calibre del contrabajista Christian McBride, que tiene previsto homenajear a su maestro Ray Brown; el trío del pianista Cyrus Chesnut, los guitarristas John Scofield, Kurt Rosenwinkel y nuestro Tomatito, que presenta, en dúo con el pianista dominicano Michel Camilo, su nuevo álbum Spain forever again, y la arreglista y compositora Maria Schneider, un caso maravillosamente anómalo en un mundo que, como el de las directoras de orquesta, apenas lista unos pocos nombres: los de las veteranas Toshiko Akiyoshi, y la ya desaparecida Carla Bley.
De vanguardias y world jazz
Otro de los nuestros, procedente de esa gran casa del jazz que recoge influencias de cualquier parte del mundo, es el británico Dave Holland. Este histórico del contrabajo llega a JAZZMADRID acompañado por el saxofonista tenor Chris Potter y el percusionista indio Zakir Hussain, bien conocido este último por haber formado en Shakti y en el proyecto Sangam, de Charles Lloyd. Jazz el de este trío llamado Crosscurrents, que sustenta las bases de su espectáculo en la experimentación y el rastreo de nuevas formas, en una medida muy parecida a la que exhibirá en su concierto el grupo del trompetista alemán Markus Stockhausen, hijo del muy recordado compositor de música contemporánea Karlheinz Stockhausen.
El jazz, una música que a fin de cuentas sigue teniendo como asignatura pendiente instalarse con sus formas en todos y cada uno de los países del mundo, sigue así vistiendo de libertad sonora el acervo popular de cualquier rincón del planeta. Artistas que, en su afán de expandir fronteras hasta otros estilos musicales -puede incluso que diferentes del jazz-, se ponen al servicio de esta idea, expresándose en claves estéticas muy apegadas a la tierra de la que proceden. Atendiendo a estos objetivos, el cartel de JAZZMADRID observa atenciones gozosas hacia las pulsiones étnicas y hacia el blues.
De lo primero da cuenta el proyecto Anda-Lutz de Guillaume López, una formación de múltiples identidades ofertada a este festival por cortesía del Instituto Francés. Igualmente, fija el programa el foco de interés en la pareja maliense Amadou & Mariam, la cantante caboverdiana Carmen Souza -dicen que uno de los recambios de la leyenda de Cesaria Evora-, la guineana Alana Sinkey, el musico tuareg Bombino, el dúo del bajista y cantante camerunés Richard Bona y el pianista cubano Alfredo Rodríguez, o la cantante Arooj Aftab que, desde Lahore, en Pakistán, ha prometido demostrarnos cómo es su forma de entender el jazz con reminiscencias de Abbey Lincoln, pero también de una cantante pakistaní tan singular como la tradicionalista Abida Parveen.
La casa común del blues
Y en idéntica situación se encuentra el blues, un apartado que vuelve a quedar en manos de uno de los mejores representantes transocéanicos de este estilo: el musicólogo, guitarrista y cantante Corey Harris. La sabiduría de Corey radica en saber mixturar con gran habilidad las esencias del sonido del Delta con otras músicas de equivalente carnalidad: ska jamaicano, bolero, calipso de las Antillas y otro serial interminable de músicas fascinantes, llegadas del gran tesoro cultural que reservan las islas del área del Caribe y de las mencionadas Antillas.
Jazz hecho entre nosotros
Ante artífices de la creación musical tan peculiares, no hay otra opción que mantenerse expectante con el fin de comprobar cuáles pueden ser los espacios de concurrencia entre ellos, y repasar con atención el resto del programa, porque, en él, también se encuentran las citas que depara el jazz que se hace entre nosotros. Destacan en este apartado las comparecencias que, en solitario, materializará el pianista Moisés P. Sánchez, y la del armonicista Antonio Serrano, el pianista Daniel Oyarzábal y el contrabajista Pablo Martín Caminero. Este trío hará paradas en diversas obras de Johann Sebastian Bach, cruzando el espejo y regresando incólume, como lo harán igualmente la Barba Dixie Band, formación de paseo que adornará la ciudad en momentos puntuales; las pianistas Kris Davis y Lucía Rey, el trompetista Pepe Zaragoza o la violinista, saxofonista y vocalista Elia Bastida, estas dos últimas propuestas procedentes del programa Jazz en Ruta, de la AIE.
La expresividad flamenca, esa coloración tan nuestra cuya confraternización con la gran música libre sigue siendo motivo de profundos estudios y reflexiones, es responsable de la aparición en el cartel del saxofonista y cantaor Antonio Lizana; los pianistas Alex Conde, Chico Pérez y Lorenzo Moya; los tríos Carmona, Colina & Bandolero, y Chano, Colina & McGill, y, más centrado en el mundo de la copla, el dúo que protagonizan la tonadillera Martirio con el pianista Chano Domínguez, que repite así presencia en JAZZMADRID. Y, completando el listado de músicos locales entregados a rodear el flamenco, dos guitarristas que, más que envolver este estilo popular, penetran en su núcleo por derecho: Juan Habichuela Nieto y Dani de Morón.
Texto: Luis Martín (Director artístico de JAZZMADRID)