En palabras del mismo Calequi, esos destinos “han sido el estimulante y el envase de las emociones” de las que brotó el material de este álbum, temas donde el productor y multi instrumentista ejerce el papel de observador/viajante (o el flâneur) y receptor/procesador de espíritus propios y ajenos (o el medium). “Es un disco de integración; de la mezcla de elementos que crean lo inusual nacido sin etiquetas ni categorías. Son trece canciones de amor para trece ciudades, y cuenta con colaboraciones orgánicas y soñadas como la de Lido Pimienta, Francisco, el Hombre, Xoël López y muchos más”. Y es resultado, como siempre sucede con las ricas mezclas, es apetitoso, adictivo, potente y astringente. Para las caderas, la sonrisa y el alma.

Javier Calequi es un multi instrumentista, compositor, autor, productor (y director musical de Jorge Drexler) que desarrolla canciones de su propia autoría imposibles de asociar a un género único, ya que estas viajan por diferentes latitudes y continentes y en las que convierten el género ‘de autor’ en un espacio transversal, abierto e incluyente y muy variopinto en lo sonoro. Sus dos primeros EPs, “El Pacífico Furioso” y “El Demonio de Labios rojos”, y el primer LP Gualicho (2021, autoproducido) es una declaración del mundo al que Calequi nos invita a atravesar. Apoyándose en el peso vocal, genera un cóctel explosivo de funky, cumbia y rock, que logra aunar al Prince más bailable (a quien dedicó una celebración épico-musical el pasado 18 de julio en la Sala el Sol), al Beck más experimental y al groove latino de Bola de Nieve y Rubén Blades. En 2022 compuso la banda sonora de La Jefa, dirigida por Fran Torres y protagonizada por Aitana Sánchez Gijón. Y, como guinda en el pastel, Calequi y las Panteras lanzaron este pasado verano “Sandía”, quizá el temazo funky del año, con guiños a Prince (y con los funkadélicos brasses del gran Phillip Lassiter, director musical y arreglista de la sección de vientos del genio púrpura).

El título de este ambicioso proyecto coincide con la expresión del mundo de la aviación del que el padre de Laura Revuelta es piloto aficionado. Así las cosas, una “mezcla rica” es la relación entre oxígeno y combustible que le llega al motor, el ajuste estequiométrico; es decir, una mezcla donde la reacción química es perfecta (1 parte de combustible por cada 15 de oxígeno). Pues eso, la química idónea. Calequi y las Panteras nos regalan esta mezcla (para volar, para la cocina) en formato viaje por América repleto de colaboraciones con músicos internacionales de altura.

El disco está concebido como obra conceptual, no una mera suma de canciones, y con sus trece cortes nos invitan a la ensoñación y, por supuesto, ¡a bailar! para no dejar indemnes ni los pies, ni el corazón de quien lo escuche. Un homenaje a ciudades y sus sonoridades que nos propone Calequi y las panteras Laura y Luisa, cantantes que se complementan perfectamente en estudio y en directo, y que aportan profesionalidad, color y duende a un proyecto que, de entrada, ya nació con espíritu de caleidoscópica y colorida, de un viaje fuera y dentro del cuerpo. Una road movie repleta de colores, tintes, ritmos y armonías (sin necesidad de pasaportes, que ya solo nos faltaría colonizar también el disfrute).
1. San Juan y Medellín (Javier Calequi y Lido Pimienta) feat. Lido Pimienta. Arranca el viaje con olor a calle y gentes; esta es una canción claramente “calequiana” pues busca la mezcla del sonido urbano y la cumbia. La intervención de Lido aporta, con su letra y melodía, la rima y el acento de la Colombia más arrabalera, en la que cala un mensaje reivindicativo: ¡el baile es el territorio donde me voy a reencarnar!
2. Una Ciudad de Cristal (Montevideo) (Javier Calequi, Jorge Drexler y Pedro Mairal) feat. Jorge Drexler, Facundo Balta y Niña Lobo. Este tema navega sobre un riff de guitarra inusual la dota de personalidad inequívoca; una construcción armónica rica y compleja pero que, al escucharse, suena sencilla; una dinámica que logra que te dejes llevar y desear que no acabe; una evolución melódica que sorprende. Una letra cautivadora (de Pedro Mairal), que finaliza en un obstinato magistral (de Jorge Drexler) y la participación de las voces invitadas que generan un mosaico perfecto. Embelesadora, consigue mantenerse en tu memoria como una llamada al lugar seguro de tu inconsciente.
3. La Hora Tica (a San José de Costa Rica) (Javier Calequi). Un estribillo sólo al alcance de grandes músicos. Los vientos y el ritmo en “La hora tica” (ese tiempo indefinido de los costarricenses) nos invitan a saborear el sol y la arena en la provincia de Limón, de donde era el genial compositor de Calypsos, Leo Walter Ferguson, recientemente fallecido y a quién también rinde homenaje la canción.
4. Doesn’t Make you Happy That I´d Love You (a Nueva York) (Javier Calequi, Clippers, Sony) feat. Kevin Johansen, Gaby Moreno, Luisa Corral, Oh Matov). ¿Quién dijo que lo sencillo no es hermoso? Solo voces y una discreta guitarra como base construyen una canción que al escucharla suena a un clásico de Van Morrison cantado por Tom Waits y Dolly Parton. Para esa artillería hacían falta estos invitados de alto octanaje que logran construir un juego de armonías que hacen de este homenaje a la gran manzana una canción imperecedera.
5. Rua Almirante Alexandrino (a Río de Janeiro) (Javier Calequi, Ugo Ceria) feat. João Cavalcanti. Situada en uno de los montes que circundan Río, en el bellísimo barrio de Santa Teresa, se encuentra la Rua Almirante Alexandrino. Tan exultante como su ubicación es la belleza de esta canción. Para el texto de Ugo Cería, Javier plantea una atmósfera contenida que nos invita a un paseo sin prisa, con el objeto de observar y la finalidad de embelesarte. La voz de João cautiva y enamora y los arreglos electrónicos consiguen aumentar la sensación de ensoñación. Magnífica, simplemente.
6. Sin Control (a Ciudad de México) (Javier Calequi) Una canción casi folclórica, fronteriza, pequeña, recogida y susurrada, para hablar de una urbe inabarcable y descontrolada de contrastes que la hacen única: la magnificencia de la naturaleza, el férreo carácter de un pueblo orgulloso, la grandiosidad de la cultura de las civilizaciones prehispánicas o la influencia geopolítica.
7. Bailando en Sampa (a São Paulo) (Javier Calequi, Helena Papini, Sebastián Piraces, Mateo Piraces, Juliana Strassacapa). ¡Qué gran acierto fue invitar a Francisco el Hombre en esta canción! Primer single adelanto del disco, editada el 5 de septiembre, está repleta de guiños y detalles que nos invitan a bailar. Hay samba y bossa sobre una cama de brasses en donde la letra de Javier hace que, de una, se respire el enamoramiento por la macrociudad.
8. Noche del Paraguay (a Asunción) (Javier Calequi, Pedro Mairal). Una hermosa poesía de Pedro Mairal, pone letra a una guarania, el cautivador tributo de Javier a la capital del Paraguay y una de las joyas escondidas de “Mezcla Rica”. Junto a la voz de Javier, la de Myriam Latrece, que aporta una calidez añeja, sublimando su aire de romance eterno.
9. Siempre Vuelvo a Tus Ojos (a Santiago de Chile) (Javier Calequi). Otra vuelta de tuerca estilística para rendir tributo a la capital chilena. Para la estrofa, un verso rapeado y urbano sobre unas líneas simples de percusión y bajo que, como un río, desemboca en un estribillo de amplitud armónica y vocal, con arreglos de producción que ahondan en su carácter agridulce.
10. Ke Lo Ke (a Santo Domingo) (Javier Calequi). Artista invitado: Xoel López. Y llega la revolución. Un perico ripiao dominicano con un aire de flores y color desmesurados que te atrapa y te disloca la cadera. Un ritmo vertiginoso, brasses que utilizan toda la paleta armónica, las exuberantes voces de Las Panteras incitando al delirio y la impagable maestría de Xoel aportando el timbre y la lírica diferenciales.
11. Tu Boca de Lima (a Lima) (Javier Calequi, Lorena Blume). Cambio de registro para homenajear a una ciudad convertida en amante. Un corte de tinte indie, con una letra de gran belleza que ahonda en su virtud de gran letrista. Lorena y Calequi logran emanar ensoñación y arañar los sentidos, con el pacífico de fondo, visto desde Barranco.
12. Y Yo Pensaba Olvidarte (a Buenos Aires) (Javier Calequi, Pedro Mairal). De nuevo Pedro ilumina los versos de esta última perla que nos regala Javier. Un broche íntimo para la ciudad que lo vio nacer y marchar, una declaración de desamor que es amor, de queja que es elogio y de rechazo que es regreso. O “cuando la dureza y el furor de Buenos Aires hacen sentir más la soledad, salgo a caminar por esos barrios”, que dijo Sábato.
TEXTO: Marcelo Chaparro Santana