Para Masego (de verdadero nombre Micah Davis), dejar un legado es la clave de su juego. Él es un cantante, compositor, rapper, DJ y multiinstrumentista autodidacta que quiere que su carrera sirva para crear experiencias que la gente recuerde y música que la haga sentir bien. «Sé que soy excelente para recolectar la energía en la sala y hacer una gran canción», ha confesado. «El arte de hacer una canción, ese es el legado que busco».
Como parte de su género autodenominado «traphousejazz», Masego aporta alegría, humor y una sensibilidad esbelta a sus creaciones, mientras agrega instrumentos, como su fiel saxofón, a lugares a los que no pertenecen.
Desde el enérgico EP Pink Polo (2016) hasta su sedoso álbum de debut Lady Lady (2018), el artista nacido en Jamaica y criado en la Virginia estadounidense se ha ganado el reconocimiento internacional por crear paisajes sonoros que se desvían de lo esperado.
Su proyecto más reciente es el EP Studying Abroad (2020), inspirado en los viejos recuerdos de viajes y en los momentos de la vida a los que estaban vinculados, que sirvió para que sus fans pudieran calmar la ausencia de viajes en ese momento pandémico, con las giras fuera de la mesa (uno de sus temas, “Mystery Lady”, en el que colabora Don Toliver, acumula ya más de 83 millones de reproducciones en Spotify).
Masego es fiel hijo de su tiempo. De su tiempo y de su herencia. De la fusión natural de estilos y también del peso de la tradición. A veces parece un cruce entre su admirado André 3000 (Outkast) y Travis Scott, por su forma de fundir un hip hop (que tiene mucho de jazz) con el trap.
El resultado es uno de las propuestas más seductoras del último r’n’b. Trap house jazz, lo llaman, aunque la etiqueta no sea un alarde de imaginación. Pero es certera, sin duda. Si uno la teclea en Google, lo primero que aparece es el nombre de Masego. Con razón.
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