Reproducimos la entrevista publicada en el número 25 de la edición impresa de Enlace Funk, realizada por Felipe Ortiz en Madrid.
Hace ya tiempo que Roberto Roena Vázquez es una leyenda en el mundo de la Salsa. El año 1940 le vio nacer en el sector Dulces Labios de Mayagüez en Puerto Rico. Además de virtuoso bongosero, campanero y carismático director de orquesta, es un notable bailador que destacó desde sus tempranos comienzos en “La Sultana del Oeste”, donde ya asombraban sus pasos de Mambo y Cha Cha Chá junto a su hermano Cuqui en el dúo Mambos Flashes. Cuando contaba con dieciséis años Rafael Cortijo le invitó a ir a Nueva York con su orquesta para presentarse en el Palladium. El mejor discípulo de Cortijo tenía ya unas inquietudes musicales que le llevaban todas las noches de los miércoles a descargar Latin Jazz con su banda Los Megatones, tras pasar el día junto al Gran Combo o junto al combo de Rafael Cortijo. El lanzamiento del cohete Apolo puso nombre a la aparición de su orquesta, la Apollo Sound, en la que Roena plasmó su sonoridad personal y supo dirigir con acierto a pesar de no haber estudiado música. Fue fundador de Puerto Rico All Stars y figura imprescindible de Fania All Stars, además de showman en los escenarios, en los que ha escrito páginas memorables de coreografía junto a su tío y maestro Aníbal Vázquez.
Vamos a remontarnos a tus orígenes cuando bailabas junto a tu hermano, y Rafael Cortijo te vio en acción. ¿En aquel momento tenías ya interés en tocar algún instrumento en una banda o tan solo te interesabas por el baile?
Fíjate, yo jamás lo pensé en aquel momento, jamás, jamás, nunca pensé que iba a ser bongosero. Yo me veía como bailarín y estaba seguro de que yo iba a jugar pelota, que iba a ser pelotero be béisbol. Rafael Cortijo necesitaba un bongosero para el Combo y estuvo tres meses enseñándome todas las tardes. Ahí cambió todo, si, la vida da muchas vueltas. Y estoy muy agradecido a Rafael Cortijo gracias a Dios. A Cortijo le debo todo, todo, absolutamente todo.
¿Es cierto que El Gran Combo nació en tu casa?
Así es. Esto fue así en el año 1962 en la calle Refugio número 902 en la barriada de Miramar en Santurce. Allí se creó por primera vez, con una directiva y todo, porque antes El Gran Combo era una cooperativa. Todos vinieron a mi casa porque yo era El Nene, que era como a mí me llamaban por ser el más joven, bueno todos no vinieron porque no invitaron a Cortijo, ni a Ismael Rivera, ni a Sammy Ayala, ni a Mario Cora.
Cuando se creó El Gran Combo tuviste la oportunidad de entrar en él inmediatamente, pero estuviste un tiempo sin participar. ¿Por qué tomaste esa decisión?
Porque estaba demasiado a gusto donde me encontraba y no estaba de acuerdo con la forma en que se hizo, primeramente, y no quería ser infiel a Cortijo. Si lo hubiese hecho estaría arrepentido hoy, así que para nada me arrepiento de lo que hice, yo no quería ser traidor.
En la etapa en la que estuviste en Los Megatones descargando Jazz latino y al no tener una formación musical, ¿Te sentías ahí a gusto haciendo lo que realmente querías?
Si, desde luego, No sólo yo me sentía cómodo, allí estaba cómodo todo el que tocaba porque todo el mundo hacía o que le daba la gana, pero respetando la música, desde luego. Todo el mundo estaba a gusto ahí, así es como yo creo que debe de ser la música, así es más o menos como hice yo con mi grupo Apollo Sound. El grupo tiene su estilo porque hay una libertad para que el músico se exprese como es. Soy flexible y no quiero ser causante de que un músico no desarrolle su talento porque eso sería injusto. Eso es injusto de cualquier líder, sea el que sea, hay que respetar la forma de ser de cada cual porque cada cual es un mundo. Yo no sería quien para evitar que alguien desarrolle un talento o inclusive sabiendo que tienen talento opacarlos, eso sería injusto.
En Apollo Sound conviven elementos musicalmente brasileños, de Nueva York, de Cuba, de música romántica, coreografías y canciones en inglés. ¿Has considerado siempre la variedad como clave para el éxito?
Si. Todo esto tiene cabida en el grupo, como acabo de decirte, precisamente por la libertad que tienen los músicos, todo el mundo aporta sus ideas. Trece mentes pueden aportar más que una. Así se crean situaciones musicales, se aporta la vida musical de cada uno y se desarrollan gran cantidad de variaciones rítmicas.
¿Por qué decidiste para la Apollo Sound esa formación, incorporando saxofón y esa sección rítmica?
En parte tuvieron que ver mucho las descargas de Jazz que yo hacía con mi grupo Los Megatones. Cualquier persona puede notar que los directores de orquesta tratan de destacar el instrumento que tocan, por ejemplo, si el director de una orquesta es trompetista, pues lo que va a destacar es el brass, si es rítmico pues va a destacar el ritmo, un bajo como parte importante. Yo como soy bailador pues me doy cuenta de cosas, no se si has notado en mi grupo que el brass y el ritmo van a la par, una parte depende de la otra, no ocurre como si el líder del grupo fuera trompetista que habría destacado el brass.
¿Qué aportó Tite Curet en tu carrera?
El me ayudo mucho en la creación del grupo con los textos musicales y con ideas que se fueron realizando. Es una persona muy importante en el desarrollo del Apollo Sound al igual que mi primo Aníbal. Los dos aportaron mucho.
¿Qué tienen compositores como Adalberto Álvarez, Silvio Rodríguez o Pablo Milanés que hicieron que tomases como referencia sus composiciones?
Yo creo que Adalberto, Pablo y Silvio son para mí, gente que llega un poquito más allá de la parte musical, llegan a la parte de comunicar con el pueblo, le dicen la verdad a uno en la cara y a mí me gusta hacer eso. Hay poca gente a la que le gustan algunas composiciones de ellos porque a nadie le gusta que le digan la verdad en la cara. Precisamente yo era antes fanático de un número de Adalberto Cortez que me dio en la cara, fue un tema que escuché y apagué la radio y después me quedé pensando ¿y por qué apagué la radio?, ¿Por qué apagué un número atrevido? Y fui y busqué el disco, y cada vez que ese tipo decía una palabra yo me amargaba. Volvía a oírlo y me amargaba más. Pero si este tipo me está amargando diciéndome en la cara lo que yo soy. Me gustó tanto ese número que lo grabé. También te puedo decir que ese número nunca lo pusieron en la radio, nunca lo han puesto, se llama “Los Demás” de Alberto Cortez. Yo creo que es el tema que más respeto le tengo del grupo, nunca la toco, nunca. Es difícil tocarlo y es difícil que la gente lo entienda. Es lo mismo que me pasó a mí, que cuando lo escuché me lo estaba diciendo en la cara. Nunca estamos conformes del quehacer de los demás y vivimos a todas horas sin pensar en los demás, como reyes hambrientos apretando a los demás. Mira, hay una parte que me llama mucho la atención que dice “Apagamos La Luz, que por amor a los demás, encendió en la cruz, el que murió por los demás”. O sea, la luz que puso Dios, nosotros la apagamos. Y ese tema yo lo oí, lo oí, lo oí y me daba en la cara cada vez, es verdad. Como Adalberto Álvarez que escribe “El Mal y La Hipocresía”. Ese es un tema que yo considero que es la enfermedad más grande que hay en el mundo, no es el cáncer, no es la tuberculosis. La enfermedad más grande que hay es la hipocresía, es un mal que acaba con el mundo, es verdad.
Tu que has trabajado junto Charlie Palmieri, Tito Rodriguez, Tito Puente,…¿Tenían estos artistas más carisma que los artistas que hay en la actualidad?
Lamentablemente es cierto. Todo esto viene así desde el modernismo. Hay un modernismo demasiado notable sobre todo desde que llegaron los productores a producir la música. Un individuo que no ha nacido, que no ha vivido la música no sabe nada de música y es productor. Son los que mandan y cambian todo, son muy atrevidos y han cambiado la forma de hacer la música. Ahora con el modernismo, una grabación la hace cualquiera. Cuando yo empecé con Cortijo me acuerdo como ahora que íbamos a una grabación y para empezar iba el grupo completo. Tocábamos todo a la misma vez y había dos micrófonos, uno para la orquesta completa y otro para el cantante. Ahora va un tipo y graba, mañana va el bajista y así sucesivamente. No hay respeto por la música. Por ejemplo, llega el tipo del brass o cualquiera, y graba ¡ah! Espérate, vamos a hacerlo de nuevo. Antes fíjate el respeto que había, estaban doce individuos grabando a la vez y había un cuidado y un respecto muy grandes. Imagínate que en los últimos cuatro compases yo o el otro fallaran, pues había un cuidado extremo porque había que repetir todo. Entonces nadie fallaba, esa es la diferencia, todo estaba perfectamente engranado, eso lo es todo. Estos muchachos de hoy en día van al estudio y ya. La técnica y el modernismo han acabado con eso. Ahora el productor manda repetir por el mínimo fallo y antes esos fallitos mínimos eran los que le daban el sabor. Ahora lo que quieren hacer tan perfecto que es una cuestión mecánica. Fíjate que ahora hay una marca que te marca el compás, (golpea con un encendedor la mesa). Yo no me pongo una máquina de esas, no quiero, eso es automático, esta tocando uno automático y ¿dónde esta el alma?. Ese es el fallo. Ahora hay unos tremendos músicos y tremendos productores, pero de aquí (se lleva la mano al pecho), nada, nada, y yo se lo digo en la cara a ellos.
En su disco Sr Bongo haces un homenaje a Anibal Vázquez, uno de ellos es con una big band ¿Querías de esa forma hacerle un tributo por todo lo alto?
Fíjate, ya estaba terminado el disco, entonces un día se me ocurrió en casa. Lo que estaba hecho estaba bien, pero me puse a pensar y vi a mi tío bailando en el Palladium con las orquestas de antes, de Machito, Tito Puente y Tito Rodriguez. Yo creo que fue él mismo el que me puso eso en la mente porque ya estaba hecho todo y eso fue a última hora. Y así a mi me suena el grupo a Machito y a Tito Puente, se asemeja el sonido. Yo le dije a los arreglistas que quería que sonase así. El primer tema está bien, pero este es para que se de cuenta que nadie se ha olvidado de él. Los violines que escuchas son de la Sinfónica de Puerto Rico, no creas que son sintetizadores. Con Apollo Sound siempre que escuchas violines, están sonando violines, trato siempre de acercarme a la verdad, aunque mucha gente dice que son sintetizadores. Eso el que tenga buen oído, nota que es violín.
¿Crees que el fenómeno y la época de Fania le puso el listón muy alto a la Salsa o es que ahora no hay trabajos de calidad? ¿Crees que perdurará la moda del reggaeton?
No es la primera vez que me hacen esa pregunta, me la han hecho muchas veces, pero la he esquivado. Hay un dicho en el que yo creo mucho. No pienso muy bien de un hombre que no sepa más hoy de lo que sabía ayer. No sé por qué tiene que haber este estanque, somos humanos y debemos aprovechar el tiempo, desgraciadamente eso no está pasando. Hay un estanque notable, posiblemente un estanque eterno, pero no debiera de ser así, porque todavía sigo creyendo que hay tremendos músicos, tremendos talentos y facilidades más que antes.
Pero entre esos tremendos músicos, muchos empiezan a incluir temas de reggaeton en sus discos.
Ahora está la moda del reggaeton, pero hace muchos años antes de que eso saliera, en mi grupo se tocó eso y no era reggaeton, Nadie sabía que era reggaeton y el grupo tocó eso. El tema es “Ingratitud De La Vida”, del año 1994 en el disco El Pueblo Pide Que Toque, y entonces no estaba de moda eso.