La tradición, la frescura y la singularidad se dan la mano en la apertura de la nueva Sala Villanos. En tiempos de uniformidad y de fast food musical servido en mastodónticas citas al por mayor, nada hay más estimulante que reivindicar el derecho a la diferencia y el cuidado de las propuestas artísticas artesanales, genuinas, auténticas en el más amplio sentido de la palabra. El placer del descubrimiento, pero también la confirmación de discursos musicales de un prestigio más que consolidado. Situada en lo que durante los últimos 31 años ha sido la histórica Sala Caracol (por la que pasaron Lola Flores, Chavela Vargas o Cesária Évora, entre muchísimos otros artistas), en el céntrico barrio de Embajadores de Madrid, la Sala Villanos se postula como nuevo epicentro de la vida cultural en la capital gracias a una oferta musical ecléctica y exquisita, en la que el jazz, el soul, el r’n’b, el flamenco, el blues, el funk o el afro, en sus vertientes más vanguardistas y aventuradas, se darán cita en una sala con evidentes mejoras en sus accesos, en sus servicios y en todas sus prestaciones.
