Aunque les encanta mezclar cosas, las raíces de The Jazz Defenders están en el sonido clásico del quinteto de Jazz acústico de finales de los 50 y principios de los 60, cuando dominaban el Hard Bop y el Jazz modal, que ya han explorado en sus álbumes anteriores, y que aún ofrecen aquí en un par de cortes de Jazz de inspiración clásica. “Chasing Fantasies” y “Fuffle Kerfuffle” le dan a la banda algo de espacio para soltarse en solos sobre ritmos de Swing Jazz.
“Meanderthal” y “Snakebite Playfight” aportan alma a esta fiesta de Jazz. El primero es una joya para sentirse bien, que hace vibrar los dedos de los pies, tiene un fuerte ritmo de fondo y es breve y ágil en los solos, las razones que lo convirtieron en el sencillo de apertura perfecto del álbum.
“Snakebite Playfight” viene con un alegre ritmo de Nueva Orleans antes de transformarse en un pesado y psicodélico Soul Jazz.
“Rolling On A High” es un hit de Hip-Hop/Jazz donde la banda colabora con el británico Doc Brown, una combinación perfecta que comenzó en su segundo álbum “King Phoenix”.
“Net Zero”, muestra a la banda en su forma más feroz y dura, y ofrece un tema ideal para los bailarines de Jazz. Pero en este álbum no todo son temas orientados a la pista de baile: “Take A Minute” tiene una línea de contrabajo fijada en el ritmo mientras los instrumentos de viento tocan un tema perezoso y relajado con adornos de vibraciones, que suena como la banda sonora de una película independiente alucinante.
El álbum termina con una nota conmovedora e introspectiva, “Enigma”, fue grabado en vivo en París y cierra el álbum con una nota pacífica que evoca la música y la interpretación de Bill Evans. La manera perfecta de cerrar este brillante tercer álbum de The Jazz Defenders.