Y eso fue Yard Act, una reunión de amigos, con un ambiente excelente y una banda en estado de gracia. Con la indeleble etiqueta postpunk que los acompaña e imbuidos en la nueva ola de bandas del género con origen británico (Fontaines DC, Idles, etc.), los de Leeds se plantaron en Madrid con mucho que demostrar y eso hicieron en los 75 minutos de show sold out que desgranaron en la sala MON.
La clave fue el ritmo frenético que fue in crescendo mientras sonaban “An Ilussion” “Petroleum” o “We make Hits”, “James Smith” como frontman al que se compara con Beck, Jarvis Cocker o un joven Morrisey por partes iguales, con la rabia de Mark E Smith ( The Fall) y la energía de Shaun Ryder (happy Mondays), se vio respaldado por su fiel escudero “Sam Shjipstone” a la guitarra, que doto de rabia al repertorio (con un sonido más incisivo que en los discos de estudio) golpeando su telecaster para llevar temas como “Dream Job” o “Pay Day” a una nueva dimensión.
La suma de “Ryan” y “Jay” al bajo y batería se vio respaldada además por un multiinstrumentista detrás de una montaña de teclados y samples (además de tocar el saxo en “Down By The Stream) y de dos coristas que bailaron y cantaron como si no hubiera un mañana, incluso participaron en un sorteo a modo de rueda de la fortuna con una “afortunada” fan del público que subió para hacer rodar la ruleta y elegir el siguiente tema.
Y mientras más temas ya clásicos, iban cayendo como “ The Overload” o “100% Endurance” aunando entre postpunk, beats hip hop y electrónica de las bandas indie británicas de los 2000’s (inevitable la referencia a Happy Mondays pero menos gamberros), acabando con “the trench coat museum” alargada hasta el exceso y anabolizada hasta ser una catarsis electrónica al estilo Chemical Brothers.
TEXTO: Victor Cortezo
FOTOS: Paula Gómez Rosa
