Javier Calequi, multi instrumentista hispano-argentino de alto pedigrí y Funk intravenoso, prepara un concierto / fiesta tributo en honor a un grande de la música que nos dejó hace ya siete años: Prince Rogers Nelson. Junto a las coristas Luisa Corral y Laura Revuelta -alias Las Panteras- y un buen puñado de artistas invitados estarán el próximo 18 de julio en la Sala El Sol de Madrid incendiando de fuego púrpura la noche madrileña. Como apetitoso avance, se lanza el single “Sandía” (Altafonte Records) muy Calequi, aunque con refrescantes guiños a su ídolo, el genio de Minneapolis. A saber: picardía, sintetizadores, endorfinas, drum machine, una pizca de “Space”, otra de “Head”, voces alteradas al estilo Doublespeed Playhouse (¿recuerdas la intro de “1999”?) y el proyecto Camille (“U Got the Look”, “If I Was Your Girlfriend”). Como si esto no bastara, los arreglos de los brasses corren a cargo de Phillip Lassiter, el legendario arreglista de los NPG Hornz de Prince.
El elegante doble sentido está ahí, donde Prince veía melocotones (“Peach”), Calequi ve sandías. Cosas de genios.
Tarde, noche y día quiero mi sandía.
Cuéntanoslo todo, pero todo-todo, sobre este temazo que se estrena el próximo viernes en todas las plataformas de streaming.
“Sandía” es un hat tip (un saludo, un guiño) a Prince, ¿viste? como dicen los ingleses. Yo quería escribir una canción para acercarme a ese niño en mi interior, el niño fan de Prince que fui. De ahí partió la composición y luego…bueno… llegaron los impulsos latinos que llevo bien adentro. La verdad es que esta canción se terminó de confeccionar con un acercamiento que me hiciste tú, la conexión con Phillip Lassiter que arregló los brasses. ¡Me dio la ilusión más grande de mi vida porque era como escuchar los mismos brasses del estilo Prince de siempre, pero en una canción mía! Quedé contentísimo, ese tío es un crack, su obra es una locura. Cuando salga se la voy a enviar.
Sois dos grandes unidos por el amor a un coloso que os hainfluenciado tanto ¡Qué pasada, es verdad! Cada vez que lo escuche será como estar de fiesta con amigos. Tú como genio creador, Prince en el ADN, el monstruo del Phillip Lassiter que es un parcero e Inma Grass, que es una parcera, fundadora y directora de Altafonte Records.
Jajajajaja ¡Y no he tocado ni una coma de lo que arregló Lassiter, pero ni una! Cuando escuché la canción, vi cómo funcionaba a la perfección; en el estudio todos nos quedamos perplejos porque era perfecto y emocionante. “Sandía” se estrena el próximo viernes y, aunque no vaya a ser parte de mi próximo LP, es una canción que quise lanzar como punto final a esta etapa que hemos llamado “5 martes para amarte” (una residencia de cinco conciertos en la sala El Sol, Madrid). Me pareció que estaba bien lanzarla el 14 porque es un hat tip a este gran artista; y como nosotros lo vamos homenajear el 18 pues yo tenía ganas de sacarla ahora. Aunque fue parte de las sesiones de grabación de mi próximo álbum, no tiene que ver con su concepto narrativo que es cantar a las ciudades que he visitado de gira. Aun así, me parecía muy importante lanzar mi sandía como antesala de esta fiesta púrpura. Y aparte… es que la sandía con este verano caluroso que ya estamos viviendo -y vamos a superar muy pronto- es algo refrescante, ¿viste? Este tema es como un “adiós, hasta luego”, la conclusión de una etapa. Un “nos vemos en septiembre con otro perfil”.
Es un súper single, eso es innegable. “Sandia” tiene cosas muy muy tuyas, ese flow es 100% Calequi, pero haces uno que otro guiño a Prince. A los dos segundos del inicio ya engancha. Hay un puntito de The Time en los brasses (aunque en ellos- como elemento característico del Minneapolis Sound, los brasses son sintetizadores). Recordemos a The Time como esa “banda de coleguitas funky” que Prince formó en 1981 con Morris Day, Jesse Johnson, Jerome Benton, Jimmy Jam y Terry Lewis, entre otros. La imagen de la sandía es muy… sexy jajajaja.
La ironía y la picardía en mi música son moneda corriente jajaja. No sabes si al final es una canción para niños o si es sexual. A mí me gusta jugar con esa dualidad también; a la vez puede ser la canción más graciosa del mundo o la más seria. Y hay una referencia a Mozart; me gusta jugar con todos esos elementos. Yo quería demostrar que, aunque solo bebas una gota de la sabiduría de un músico genial, muy probablemente esa gota te sacie toda la sed. Es algo que vas a tardar mucho en estudiar y comprender, y te va a dar mucha información para continuar un camino; te va a abrir un camino.
Mozart, ¡tocate algo!
(Léase con acento argentino)
Pero ¿se toca Mozart unas notas o se toca a sí mismo? He ahí, amigas, el dilema. Lo de Mozart es un puntazo, y recordemos que a Prince en vida se le llegó a llamar el Mozart del Funk (algunos críticos de música lo equiparan más con Beethoven por aquello de ser ambos el claro ejemplo del artista total).
Pues eso, lo que quería es mostrar que con su música aprendí todo lo que sé hoy, esto es lo que soy yo, en parte. Esta música que soy yo también, aunque sea otra persona. En el próximo disco veréis que propongo otro universo, pero para mí es importante este single, porque yo vengo de aquí, de horas y horas escuchando a Prince. Este es el lugar que me es cercano, el que sigo estudiando, el que me sigue dando mucho de beber.
Una analogía del maná celestial. ¡Qué bonito homenaje!
Después, lo que sale como resultado es otra cosa, pero yo vengo de aquí.
Dígase Mozart, Prince, Charlie García. Una manifestación en toda regla. Prince era conocido por ser muy buen comediante, imitaba voces y se inventaba personajes en el estudio. ¿Cómo manipulaste las voces en “Sandía”? Porque aquí las escuchamos tal y como las manipulaba Prince: un pitch muy alto tipo “Camille” y otro más… barítono computarizado/Darth Vader que le flipaba. ¿Cómo lo lograste, con qué herramientas? Our readers wanna know, jajajajaja.
Jajajaja. Bueno, primero, decirte que cuando escucho el balance de grados que hacía Prince para lograr la armonía, casi puedo verlo perfectamente en mi cabeza tal y como lo tenía él. Entiendo cuál es la voz que tiene que preponderar más allá de que el acorde prepondera una voz. Tras haber escuchado a Prince tanto, tanto… me es muy familiar cuando hago voces así, acordes a cinco voces; me es fácil ir a donde fue él (obviamente con todos los respetos digo esto). Es un lugar familiar de armado, sobre todo de plano de la voz para mí. Con el tema de los efectos, conozco trucos técnicos tras haber leído libros de técnicos que trabajaron con él, pero te confieso que no tiene mucho más que ver que con eso que te digo: más allá del orden el acorde de las voces, el truco está en la preponderancia de algunas voces del acorde. Yo creo que cada vez que armo un acorde -en esta canción o en otra- siempre lo trato como lo hacía él. No tiene tanto que ver con efectos de voz, sino que yo ya lo armo así, ¿sabés?
Sería algo así como pintar un cuadro no y añadir tonos.
Total. Mientras lo estoy componiendo, enseguida lo hago. Después, en el estudio yo doy los planos, aunque esté el técnico. La voz de Camille (pitch manipulado gracias a la técnica varispeed) por ejemplo, me parece muy preponderante, es lo que le da esa tensión, te recorre una especia de frío en el cuerpo es como punzante.
Y el ritmo de la canción es endiablado, es imposible no bailar al son, o no esbozar una sonrisa al escuchar la letra tan deliciosamente canalla. Pues muy interesante, enhorabuena por “Sandía”, la verdad es que es un hit; a los fams les encantará, estoy seguro. Gracias por ese regalo. Y merde, merde, merde el próximo martes en la “Fiesta Púrpura: Calequi y Las Panteras Acariciando a Prince”.
A vosotros, por estar siempre ahí. Nos vemos en El Sol.
“Sandía” escrita, arreglos y producción por Javier Calequi
(Altafonte Records, 2023).
Entrevista y texto: Marcelo Chaparro Santana